A lo largo de las entradas en esta categoría ha quedado más que claro que los pensamientos no solo influyen en quienes somos, sino que somos lo que pensamos. Dentro de nuestra mente, en nuestros pensamientos, se gesta la persona que está consciente, es decir, la persona que pertenece a la realidad, por lo tanto, esa aparente realidad que se va dando día con día, antes se ha creado en nuestro inconsciente, debido a que muchos de los pensamientos a lo largo del día están ahí, muy adentro, muchos de los cuales ni siquiera son reflexionados por el consciente, pero que en torno a ellos gira nuestra vida y la rige aún sin saberlo. Si, somos los únicos creadores de todo lo que experimentamos, y por desgracia nuestros pensamientos creadores son fácilmente manipulables, por lo que constantemente repetimos patrones, ya sean estos del pasado o aquellos que nos vamos construyendo gracias al ego.
Ahora viene el enemigo, “La Duda”, cuando tenemos algo específico en mente, sabemos que eso realmente lo queremos, cuando algo nos emociona y deseamos conseguirlo, pero llega de repente esa gran enemiga llama “Duda”, bloqueará todo éxito que de lo contrario hubiéramos logrado. Dudar es olvidar quienes somos, es olvidar que lo que creemos logramos, es dar pie al lado oscuro y estancarnos. Cuando lleguemos a sentir que la duda llega o que se vislumbra un asomo de esta, ayuda saber que si realmente queremos algo, no es necesario saber de antemano como lograrlo y saber a detalle todo lo que sucederá en el camino, antes bien debemos entender que el primer paso para lograrlo es iniciar el proceso y después seguir avanzando, al dar el primer paso se abre un panorama de inmediato hacia el siguiente y así sucesivamente hasta que la senda queda completada. Una vez más el secreto para realizar todo lo anterior es dominar el pensamiento, ya que de este sale todo lo bueno y lo malo.
Pero ¿qué sucede cuando nuestro pasado está lleno de creencias limitantes y no solo creencias, sino experiencias desagradables que hicieron que pensáramos que jamás lograríamos nuestras metas? Haz un reseteo, un biohacking para establecer en tu mente que puedes hacer lo que ya etiquetaste como imposible, de esta forma experimentaras el éxtasis de la liberación. Después de todo las circunstancias actuales son solo el resultado de nuestro antiguo modo de pensar, por lo tanto, es transitorio y puede cambiarse en el momento en que lo decidas. Pero, ¿cómo cambiar este juego interior de la mente y hacer el biohacking que tanto nos hace falta? Nota los siguientes puntos:
1. Identificar las creencias limitantes. Nuevamente la meditación ayuda, ya que conectar con uno mismo es realmente complicado si no estamos acostumbrados, después de esto es conveniente esperar a que las respuestas nos lleguen de las formas más inesperadas. Podemos ayudar haciéndonos preguntas como ¿qué me está bloqueando? ¿ que me impide manifestar la mejor versión de mi? ¿qué creencias limitantes debo superar para ser más útil al mundo? ¿qué sombra inconsciente me esta dominando y no soy capaz de ver?.
Si, son preguntas que ayudaran a revelar algo de nosotros mismos, sin embargo esas mismas preguntas podemos hacerlas en forma positiva o reveladora, lo que ayudará a genera pensamientos positivos y sobre todo creativos, de tal forma que preguntemos: ¿Qué pensamiento permitirá avanzar hacía mis metas?, ¿Cuál es la mejor versión de mi misma y cómo puedo manifestarla?, ¿Qué tengo que hacer para ser más útil?, ¿puedo identificar aquello que me domina y mantener aquello que ayuda al logro de mis objetivos?
2. Desprogramas las viejas creencias y elegir nuevas formas de pensamientos que empoderen. Un método para esto es la repetición, por lo general y de preferencia en modo positivo de renuncia a lo que ya no sirve y de bienvenida a los nuevos pensamientos. Lo ideal es que en este punto sepamos que renunciamos a toda costa a las dudas y miedo al fracaso.
3. Activar la nueva mentalidad a base de repetición. La reprogramación de la mente viene a base de la repetición, sin embargo, a diferencia del punto anterior, aquí aplicaremos aquel dicho que dice: “haz como si ya fuera y será”, por lo tanto, afirmaremos con gratitud antes de dormir y al levantarnos (ya que es en ese momento cuando estamos más receptivos), todo aquello que deseamos ser como si ya lo tuviéramos y gozáramos de ello en estos momentos. ¿Qué agradecerías? Seamos creativos y anotemos todo lo que se nos ocurra. Escribe, escribe, escribe, ya hablaremos del poder de la escritura en algún post, en verdad es fabuloso.
Realizando estos sencillos ejercicios sembraremos en el fértil terreno de nuestro subconsciente un floreciente jardín, llenándolo solo de pensamientos creativos, positivos y gratificantes. Pero esta tarea no es sencilla, la realidad es que debemos convertirnos en eternos vigilantes de nuestra mente, ya que es fácil centrarnos en lo que no queremos o lo que nos da miedo y queremos evitar, con lo que estamos atrayendo todo por centrarnos en esto. Es por ello que debemos elegir bien nuestras palabras, para ello debemos limpiar bien el terreno antes de plantar. Quitar la basura que llevamos por años de nuestro inconsciente vale bien la pena, porque después podemos soñar en grande. Recuerda el primer punto, es primordial conocer cuáles son nuestras creencias, patrones dominantes y pensamientos recurrentes, así como nuestros miedos e inseguridades para poder renunciar a ellos y reprogramar nuestra mente con nuestros mayores deseos. Es aquí donde el silencio y la soledad vistos en un post anterior son cruciales.
Hay mucho más que escribir y hacer a este respecto, sin embargo, será en la siguiente entrega. Por lo pronto a repasar los puntos y escribir las ideas que aquí se sugieren, descubrirán unos resultados gratificantes.
